lunes, 9 de marzo de 2009

Bitácora de algunos crímenes espeluznantes.

"Quién a hierro mata, a hierro muere."

Jesús.


El instinto criminal es parte de la conducta humana. Eso ha obligado a la sociedad desde su formación misma a defenderse de los antisociales mediante la creación de reglas estrictas y a la aplicación de actos punitivos y proporcionales al delito cometido como las penas de cárcel y la condena a muerte para los criminales más exacerbados, como única forma de poner coto a estos excesos. No obstante aún hoy, en este mismo instante quizás, cientos de miles de personas están siendo objeto de abuso, sufren graves ataques intencionales por parte de terceros y son víctimas de intensos daños morales y físicos que afectan su integridad, sus bienes y su salud mental. En esta categoría caben todos aquellos que roban, ultrajan, torturan, violan, estafan, lesionan, atacan y ponen en riesgo la seguridad humana y su entorno y que en su enajenación, son capaces de cometer actos de salvajismo que aún resultan repugnantes incluso en las fieras como lo son el canibalismo, las mutilaciones y el descuartizamiento del cuerpo humano, sea para dar rienda suelta a sus instintos o para esconder sus propósitos. Y para estos actos criminales no hay excusas ideológicas, no existen excepciones ni tiene que ver el grado de educación ni la categoría social de las personas y tampoco pueden ser justificados en casos de guerras, gobiernos corruptos, en nombre de un Dios o grupos subversivos o fanáticos que en aras de idealismos que no son tales, incorporan estas tropelías como método permanente a su filosofía de vida.
La historia de la humanidad está llena de casos que ilustran y confirman estas afirmaciones. Son tantas, que se precisarían varios volúmenes para contenerlas. Aquí solo reseñaremos algunas que han resaltado en diferentes épocas y que han llenado de espanto a sus congéneres. No quisimos incorporar las ingentes violaciones a los derechos humanos ni la bestialidad de algunas actuaciones de distintos ejércitos en estado de guerra, por considerar que este tipo de hechos despreciables recibe repudio en todos los sectores de la sociedad humana.
EL CLAN BEANE. A finales del 1300 un joven matrimonio de granjeros que vivía en las afueras de Edimburgo, Escocia, decide buscar nuevos horizontes en otra área del país. En su penoso peregrinar, encuentran una grieta en la montaña que al explorarla comunicaba con una curiosa y extensa caverna de alrededor de una milla que será durante 25 años su hogar. Como no tenían medios de subsistencia sobrevivieron asesinando y robando a los viajeros que pasaban por el lugar. Al crecer la familia producto de relaciones incestuosas entre padres, hermanos e hijos que iban naciendo, sus necesidades fueron aumentando y ya no solo asaltaban y daban muerte a los viajeros ocasionales, sino que hacían incursiones hasta ubicarlos, transportando su cadáveres a la cueva donde eran devorados, constituyéndose la carne humana su mejor fuente alimenticia.
Estas desapariciones ocurridas durante 25 años mantenían aterrorizados a los habitantes del sector, que ocasionalmente encontraban en sus búsquedas de amigos y parientes restos humanos y ropas. Esto dio lugar a diferentes teorías.
Una de ellas, que una manada de lobos era la responsable, pero nadie se explicaba la desaparición de grupos y familias enteras. Otra idea que tomaba cuerpo en la población era que esos parajes rocosos y desolados estaban embrujados y que habitaban allí hombres lobos y demonios.
Una tarde, un grupo de 30 personas regresaban a casa tras haber pasado el día fuera, escucharon unos gritos delante de ellos. Cuando alcanzaron el lugar del tumulto se encontraron con un hombre que se defendía pistola en mano contra una banda de atacantes de aspecto salvaje. Cerca de él yacía su mujer en el suelo, destripada, mientras algunos de los atacantes le arrancaban pedazos de carne y se la comían cruda. Los viajeros, atónitos, no podían creer lo que veían. Al ser descubiertos, el “Clan de los Beane”, como pasaron a llamarse, huyó hacia las colinas. Ya existían pruebas sobre las misteriosas desapariciones.
La historia llegó a oídos del rey, el cual envió a 400 soldados acompañados de perros de caza a la zona. Los canes hallaron rápidamente la entrada de la caverna, el fuerte olor a carne les facilitó la búsqueda. Los soldados penetraron en la cueva siguiendo un pasadizo en forma de zig-zag hasta llegar al hogar de los Beany. Allí encontraron a 48 personas:
Swaney Beane y su mujer, sus 14 hijos y 32 jóvenes de ambos sexos, fruto de los continuos incestos entre todos ellos. El lugar estaba lleno de brazos, piernas y demás miembros, amontonados unos sobre otros. Algunos trozos de carne habían sido salados, con intención de conservarlos para los siguientes meses. Tras ser descubiertos, el rey los calificó como bestias salvajes no merecedoras de juicio alguno. Tanto Swaney como los 36 hombres del clan fueron torturados y desmembrados en público. Todo el proceso fue contemplado por las mujeres, a quienes les esperaba la hoguera. Películas como "Las colinas tienen ojos" se han inspirado en esta familia caníbal.
GILLES DE RAIS. Gilles de Laval, Barón de Rais, nació en 1404 en el seno de una rica y poderosa familia de Francia. Desde pequeño recibió buena educación y formación militar.
A los once años, hereda de su abuelo Jean de Craón una gran fortuna, la cual a los dieciséis se incrementa notoriamente al casarse con su prima Catalina de Thouars, con la que tendría una niña. Entre su fortuna, existían varios castillos como el de Tiffauges y La Verriere. Fue un héroe nacional, combatió como primer teniente junto a Juana de Arco contra los Ingleses. Por su valiosa labor le fue concedido el título de Mariscal de Francia.
Enamorado en secreto de Juana de Arco, intenta rescatarla y sufre un shock al morir ésta en la hoguera. Como consecuencia de su muerte, Gilles renuncia a su título de Mariscal; se separa de su esposa y se retira a su castillo de Tiffauges sumido en una profunda depresión. Dejó de tener cualquier tipo de contacto sexual con mujeres, al poco tiempo descubriría un nuevo placer: violar, torturar y asesinar a jóvenes varones.
Derrochó toda su fortuna en la celebración de grandes y lujosas fiestas en sus castillos; gran parte del dinero fue a parar a las manos de magos y alquimistas con los que pretendía invocar al diablo; otra parte acabó en manos de sus cómplices, a quienes sobornaba para que callaran sus actividades. Pensó en recuperar el dinero, con la ayuda de los magos, en la búsqueda de la piedra filosofal, la cual convertía el metal en oro. Al no dar resultado, despide a los magos. Con la ayuda del satanista italiano Francesco Prelati invoca varias veces al diablo, cometiendo crímenes y rituales en su honor.
Al principio elegía a sus víctimas entre los criados que estaban a su servicio, después pasó a escoger niños de todo el país con la promesa de un buen sueldo y alimento y luego secuestrando niños mendigos a la fuerza. Una vez en el castillo, sometía a sus víctimas a todo tipo de vejaciones; solía colgarles de nudos corredizos y deleitarse con sus súplicas. Simulaba rescatarlos y una vez recuperada su confianza, les cortaba el cuello, violaba el cadáver y lo destripaba.
Su actividad preferida era sodomizar a su presa mientras sus cómplices le cortaban la cabeza al llegar al orgasmo. A continuación les mutilaba y caía semiconsciente, como en coma emocional y era conducido a sus aposentos. Con la sangre y vísceras de sus víctimas realizaba rituales.
Al igual que asesinos psicópatas de nuestro tiempo conservaba cabezas de sus víctimas más bellas; con ellas organizaba concursos de belleza entre sus amigos y visitas. La ganadora servía como disfrute necrófilo para Gilles.
Una vez terminadas las orgías, había que deshacerse de los cadáveres; al principio, sus colaboradores los quemaban en la chimenea pero el hedor insoportable inundaba todo el castillo. Así optaron por enterrarlos en fosas, arrojarlos a pozos cercanos o quemarlos en una pira preparada en el patio del castillo. En las inmediaciones del castillo se sospechaba que el mariscal utilizaba a niños para saciar sus más oscuros placeres.
A pesar de su condición de noble es detenido cuando un grupo de soldados encuentran en las inmediaciones de su castillo los restos de al menos 50 jóvenes.
La encargada de hacer justicia fue la Inquisición; se le acusó de la desaparición de 150 niños, de prácticas de brujería y de invocación al diablo. Antes de morir pidió perdón a los padres de sus víctimas. El 26 de Octubre de 1440 es ahorcado e incinerado junto a sus dos principales colaboradores, los nobles Roger de Briqueville y Guillaume de Sille. En total se le atribuyeron más de 200 crímenes entre 1432 y 1440, los cuales confesó abiertamente. También confesó su arrepentimiento y el placer que había sentido cada vez que sodomizaba y mataba a una víctima. Sus restos fueron enterrados en la iglesia de las Carmelitas, en Nantes, a petición de sus familiares.
VLAD TEPES. Siglo XV, Vlad II príncipe de Valaquia (antiguo principado danubiano
que junto con Moldavia formó el resto de Rumanía) apodado Dracul
(diablo) por su extrema crueldad, será padre de tres hijos: Mircea, Radu
y Vlad III; éste último heredaría los principales rasgos de su padre.
Vlad III era conocido como Draculea (hijo del diablo o hijo del dragón)
o Tepes (empalador), por ser el empalamiento la forma más común de
matar a sus víctimas. El nombre de Drácula tiene como origen la Orden del Dragón, que fue concedida a Vlad II por Segismundo, emperador romano, en el castillo de Nurenberg en 1431. La Orden del Dragón es representada por una serpiente alada, símbolo con el que se representa al diablo en otras culturas.
Vlad Tepes III nace en 1428 en la ciudad rumana Sighisoara y recibe una educación cristiana.
A los 13 años su padre lo abandona y entrega a los turcos, con la promesa de que así estos no serían atacados. Vlad III fue prisionero de este pueblo desde 1444 hasta 1448. Durante esos cuatro años vivió en un ambiente que no le era familiar ni conocido, en un país extraño con legua y costumbres que ignoraba. Su padre no cumplió la promesa, poniendo así a Vlad en claro peligro de muerte; sin embargo, el sultán turco decidió no matar a Vlad y utilizarle en negociaciones para su propio interés.
Con la ayuda de los turcos Vlad III recuperó el poder en el sur de Rumania, en la cual reinó entre 1456 y 1462. En estos años luchó y mató alrededor de 100.000 de los 500.000 habitantes totales de la población. Durante todo su reinado tuvo que defender el trono dentro de su país de aquellos nobles con ansias de poder y fuera de él de turcos y húngaros.
En 1462 es aprisionado por el rey húngaro Matthias; se dice que en su celda pasaba el tiempo torturando pequeños animales como ratones a los que acababa empalando antes de morir.
En 1476 Vlad III es perdonado y liberado por el rey Matthias, quien le devuelve el trono de Rumanía. A finales de ese año, durante una batalla con el pueblo turco, es sorprendido en una emboscada que acaba con su vida. Su cabeza es enviada a Estambul y expuesta públicamente.
Se decía que solía comer rodeado de gente empalada, algunos de ellos muertos y otros agonizantes. El empalamiento se convirtió en un arte para Vlad III; consistía en introducir una estaca con la punta redondeada (si estuviera en forma de pico la víctima moriría casi al instante), engrasada en aceite, por el ano de la víctima, la cual yacía tumbada en el suelo. A medida que se introducía la estaca, el cuerpo se elevaba hasta quedar en posición vertical; la víctima agonizaba según iba escurriéndose.
Teniendo en cuenta el elevado número de víctimas y los métodos empleados con ellas, el empalador está considerado uno de los peores asesinos de la historia.
En 1897 Bram Stoker publica su novela Drácula, inspirada en la figura histórica de Vlad Tepes.

ERSZEBET BATHORY. “La condesa sangrienta”, nace en 1560 en una familia de la alta nobleza de Hungría. Prima del primer ministro de Hungría y sobrina del Rey de Polonia.
En su familia existía cierta tradición esotérica y prácticas
de brujería; en este aspecto, se dejó orientar desde muy pequeña por
su nodriza, Jó Llona. Por si esto fuera poco un tío suyo era ferviente
admirador de satán.
A los 15 años contrae matrimonio con el conde Ferencz Nadasby, un guerrero conocido como “el héroe negro”. Una vez casada se traslada al castillo Csejthe, situado en los Cárpatos. En ausencia del Conde, la condesa inicia una relación con un joven noble de la región al que llaman “el vampiro”, por su aspecto extraño. Una vez regresa su marido, Erszebet deja a su amante y comienza una relación lésbica con dos de sus doncellas. A raíz de la soledad producida por las constantes ausencias del Conde, Bathory empieza a sentir mayor curiosidad por la hechicería y la alquimia; así, recluta una extensa lista de magos y hechiceros de todo el país para instalarse en el castillo.
La condesa era una mujer bella y con el paso de los años esa belleza se iba desvaneciendo; preocupada pide consejo a su vieja nodriza quien le sugiere bañarse en la sangre de una doncella, que tiene propiedades rejuvenecedoras.
Por entonces, Bathory dio a luz al primero de sus cuatro hijos, olvidándose por un tiempo de los consejos de la nodriza. Sin embargo, sería tras la muerte de su esposo cuando se decidiera a matar.
Se cree que su primera víctima fue una joven doncella, cuyo error fue darle un tirón de pelo mientras la cepillaba. Esto hizo que la condesa estallara en cólera, abofeteando varias veces a la joven; como consecuencia, la mano de la condesa quedó manchada de sangre y ésta creyó ver que su piel se regeneraba. Sin dudarlo ordena cortar las venas de la muchacha y verter su contenido en una bañera.
A partir de entonces empezaron sus continuos paseos por los Cárpatos, donde reclutaba jóvenes bellas con la promesa de un empleo y alimento. Una vez en los sótanos del castillo eran encadenadas, torturadas y desangradas; tarea que era realizada por un verdugo o por la propia condesa. Después de bañarse en su sangre ordenaba a sus doncellas que le lamieran el cuerpo; si alguna de ellas dejaba entrever un gesto de desaprobación o desagrado, era torturada hasta la muerte. Uno de los métodos de tortura consistían en sacar a la joven al patio del castillo por la noche, desnudarla y echarla cubos de agua helada hasta que se congelaba viva. A la condesa le gustaba ver trabajar a sus doncellas desnudas, con el fin de apalearlas o clavarlas alfileres de costura si cometían algún error en sus labores. Los cuerpos sin vida eran enterrados en las cercanías del castillo; la sangre y algunos de los restos eran utilizados en rituales o ceremonias.
Los excesos de la condesa empezaron a llamar la atención. Durante 11 años los campesinos vieron cómo recogía a jóvenes en su carruaje que nunca regresaban. No se privaba de sus vicios en ningún lugar; así, en sus viajes a Viena hacía subir a una doncella a su carruaje, a quien violaba y asesinaba. Después arrojaba el cadáver al campo sin preocuparse de ocultarlo.
Con el tiempo, se volvió más delicada y exigente, eligiendo únicamente a vírgenes, matando incluso a jóvenes nobles de la región. Los habitantes afirmaban que en el castillo ocurría algo extraño, que había vampiros. Las acusaciones llegaron a oídos del soberano Mathias II, el cual envió una tropa de soldados a las órdenes del primo de la condesa.
Al entrar en el castillo encontraron varios cuerpos en el suelo; una joven yacía con el rostro pálido y desangrado, otra había sido azotada, torturada y parcialmente quemada. Encontraron alrededor de 50 cadáveres sepultados en las inmediaciones del castillo. En el sótano, mantenidas con vida, había mujeres de varias edades, a las que había cortado repetidamente y usado como fuente inagotable de sangre. Las jóvenes eran introducidas en una jaula con forma humana, cuyo interior estaba repleto de pinchos. Una vez cerrada, se alzaba por encima de la cabeza de Bathory, la cual se duchaba con la sangre que caía de las jóvenes. Después de ver el sótano y su macabro contenido, los soldados descubren a la condesa y a sus secuaces en medio de un ritual, a quienes detienen y conducen a prisión.
Bathory no dio muestras de arrepentimiento en ningún momento. Según declaraciones posteriores, la condesa y sus ayudantes habían dado muerte a 650 jóvenes.
El 17 de Abril de 1611 se dicta sentencia: los secuaces morirían decapitados o en la hoguera y la condesa sería emparedada en sus aposentos, tapando cualquier entrada de luz en su habitación. Su única ventana era una pequeña rendija por donde le daban restos de comida y algo de agua.
Tres años y medio después de su encierro, el 21 de Agosto de 1614, la condesa muere, había dejado de comer. Durante el tiempo de reclusión no pronunció ni una sola palabra.
JACK EL DESTRIPADOR.- Entre Agosto y Noviembre de 1888 una ola de terror conmocionó a los habitantes del barrio obrero de White Chapel, Londres.
Cinco prostitutas aparecieron brutalmente asesinadas en las mismas condiciones, degolladas y destripadas con precisión quirúrgica, el autor: Jack el Destripador, como se daría a conocer mediante varias notas enviadas a la redacción de la prensa local y a Scotland Yard reconociendo sus crímenes. Jack sigue siendo uno de los más célebres criminales de la historia, por varios motivos, entre otros su verdadera identidad, la cual sigue siendo una incógnita.
El 31 de Agosto de 1888 aparece la primera de las víctimas de Jack. Mary Ann Nichols, prostituta de 42 años. Muere hacia las 3:00 a.m degollada y destripada sin apenas derramamiento de sangre. El asesino le extrae el útero y los riñones mediante dos cortes en el abdomen.
En la madrugada del 8 de Septiembre, el destripador da muerte a Annie Chapman de 47 años; aunque con la misma precisión de cirujano en este caso se derrama bastante sangre, no sólo está la cabeza prácticamente seccionada, también se han extraído los intestinos y útero, el cual ha desaparecido.
Al día siguiente, una nota llega a la prensa local, en la que el supuesto asesino manifiesta su odio a las prostitutas y su intención de seguir matando.
A finales de ese mes, el 30 de Septiembre, Jack comete su doble asesinato. Entre la medianoche y las 2:00 a.m, mueren Elisabeth Stride de 45 años y Catherine Edowes de 43. La primera no sufre apenas mutilaciones, sólo la garganta seccionada, con lo que se cree que algo o alguien interrumpió al asesino, el cual tuvo que huir. Quizás por ello, vuelve a matar en la misma noche a otra mujer, con la cual se ensaña rajándole el rostro varias veces. Con un preciso corte en el abdomen le remueve el útero. Al ser encontrada en un portal próximo había un reguero de sangre por haber sido arrastrada desde el medio de la calle.
El 9 de Noviembre, entre las 3:00 y 4:00 a.m, muere Mary Jeanett Kelly; esta sería la última víctima atribuida a Jack el Destripador. En este caso es una joven viuda de 25 años que alquila habitaciones de un hotel el cual también es su domicilio. Su cuerpo yacía boca abajo degollada y brutalmente mutilada. Había varios órganos encima de la mesilla junto a la cama, estómago y abdomen abiertos, el rostro había sido rajado varias veces y el útero extraído.
Esa fue su última víctima oficial, después dejó de matar. Aunque hubo asesinatos de similar índole antes y después de Jack no se le atribuyen al asesino del East End londinense, más bien se cree que eran obras de uno o varios imitadores.
Se llegó a saber que era zurdo y que poseía conocimientos médicos y de cirugía, otras opiniones (apenas sin fundamento) apuntaban a que podía ser un carnicero con amplios conocimientos.
Las cinco mujeres murieron degolladas y mutiladas con un gran cuchillo afilado.
Se barajaron diversas hipótesis, hubo varios sospechosos, como un judío polaco llamado Komiski que vivía en el propio East-End y que fue encerrado en un manicomio en 1889; Michael Ostrog, médico ruso con tendencias homicidas o John Netley, un cochero que poseía conocimientos médicos.
Pero el principal sospechoso fue el abogado Motague John Druitt, de 41 años; varios familiares le creían el destripador y su mujer sospechaba abiertamente del él, debido a sus frecuentes ataques de locura y sus paseos nocturnos por White Chapel. No sólo procedía de una familia de médicos y cirujanos, también tenía un pariente que poseía una clínica en las inmediaciones del lugar de los hechos. Así, se pensó que podría utilizar el instrumental quirúrgico de esa clínica y devolverlo al poco tiempo.
Druitt no fue interrogado ni detenido, ya que se suicidó el 31 de Diciembre arrojándose al río Támesis.
En cualquier caso, la figura de Jack el Destripador sigue siendo un misterio porque además de ser el primer psichokiller con características y modus operandi similares a asesinos en serie más actuales (Ted Bundy, Ed Kemper...), también es alguien que no llegó a existir porque su identidad sigue siendo una incógnita, que nunca se desvelará.
Tanto la literatura como el cine se han hecho eco en varias ocasiones del asesino de White Chapel, sin duda alguna fue un acontecimiento que turbó la tranquila ciudad de Londres a finales de 1800; éste sería el precedente de una figura que adquiriría mayor popularidad en el Siglo XX, la figura del asesino en serie.

BELA KISS,1916. En un pequeño pueblo de Hungría llamado Czinkota
fueron hallados alrededor de treinta cadáveres de mujeres en la casa de
un misterioso hombre llamado Bela Kiss.
Bela había llegado a Czinkota con su joven esposa María. La gente del pueblo le tenía por un hombre respetable y educado. Solía viajar a menudo para atender diversos negocios. A raíz de sus prolongadas ausencias, María inicia una relación amorosa con un joven artista llamado Paúl Biharí.
Tras regresar de un viaje, Bela encuentra una carta de María en la que le explica que le abandona. Es sorprendido por los criados llorando, con la carta en la mano. A partir de éste incidente, Bela despide a los criados y contrata a un ama de llaves.
Deprimido, pasa la mayor parte del tiempo en soledad, apartándose de la gente que le muestra su apoyo. Comienza a conocer mujeres a las que cita en su casa, prescindiendo del ama de llaves a menudo. Ésta observa que a cada cita acude una mujer diferente pero ninguna se queda a vivir con él.
Cierto día, Bela conversaba con el condestable del pueblo quien le comentó que quizás pronto entrarían en guerra. Bela, preocupado le invita a ver sus instalaciones en el sótano,donde le mostró unos depósitos cilíndricos en los que había ahorrado gasolina, siendo felicitado por este funcionario por su caracter previsor.
Por aquel entonces, los periódicos publican las continuas desapariciones de mujeres; la policía sospecha de un tal Hoffman, del cual no se tienen muchos antecedentes. acabó desapareciendo.
Hungría entró a la guerra y Bela Kiss es reclutado. Antes de partir, le confía la llave del sótano a su amigo el condestable, para que hiciera uso del combustible en caso de que él muriera.
Cinco meses después el pueblo recibe la triste noticia de que Bela Kiss había muerto en un hospital militar de Belgrado.
El condestable hizo pública la generosa donación del húngaro y se dirigió a la casa de Kiss con algunos soldados. Ya en el sótano, dos soldados intentaron mover alguno de los bidones pero desistieron objetando que dentro había algo sólido y que pesaba demasiado. Al abrir el bidón encontraron el cadáver de una mujer estrangulada y conservada en alcohol; los seis bidones restantes tenían el mismo contenido: una mujer en cada bidón.
En los días siguientes, se hallaron 10 cuerpos más enterrados en el jardín y 12 en un bosque cercano. También aparecieron los cuerpos de María y su amante, estrangulados.
En plena investigación, se confirma que el principal sospechoso de las desapariciones de mujeres, Hoffman, es en realidad Bela Kiss. Había mantenido correspondencia con más de 20 mujeres gracias a los anuncios matrimoniales de un periódico, los cuales le permitieron conocer la posición económica de las candidatas.
Cierto día, llegó a Czinkota la noticia de que Bela Kiss no estaba muerto, sino que había desertado.
Iniciada su persecución se estableció que habá cambiado su identidad con un joven soldado muerto; la diferencia de edad entre ambos ayudó a identificar al joven, pues Bela tenía más de 40 años. Un testimonio facilitado por otro desertor, el cual afirmaba haber conocido a un tipo que alardeaba de haberse labrado una fortuna matando a mujeres ricas, condujo a la policía a una buena pista. Sin embargo, antes de ser atrapado el húngaro burla a las autoridades y escapa.
Durante los siguientes años corrieron rumores de haber sido visto en Budapest, Francia o Nueva York. En cualquier caso, no se supo más de él, desapareció por completo.

FRITZ HAARMANN - 17 de mayo 1924, Hannover. Unos niños juegan tranquilamente en la orilla del río Leine, sorprendidos, encuentran algo inusual, un cráneo humano. En los días siguientes, las autoridades, al rastrear el río hallaron mas de 500 huesos solo el primer día. Posteriormente se confirmaría que los restos pertenecían a más de 20 persona distintas, todos ellos jóvenes varones entre doce y dieciocho años.
El responsable fue uno de los peores criminales de la postguerra alemana, Fritz Haarmann, el carnicero de Hannover.
Este personaje violó, mató, descuartizo y vendió la carne de unos 40 muchachos, a los que atraía hasta su casa mediante engaños, ofreciéndoles comida y alojamiento
Fritz Haarmann nació en Alemania en 1879. Desde muy joven empezó a manifestar desviaciones de tipo sexual. Su tiempo libre lo gastaba en jugar con muñecas.
A los diecisiete años es acusado de abuso de menores, y tras ser examinado es recluido a un sanatorio mental. En 1903 y tras haber llevado una conducta modelo, recupera la libertad y vuelve a Hannover.
Desde entonces pasa por prisión en varias ocasiones, por diversos hurtos y abusos de menores.
Aproximadamente en 1918 se une a una banda de contrabando de carne. La situación económica de Alemania en la postguerra era desastrosa, y Haarmann prosperaba ganando dinero gracias al mercado negro. Además del contrabando, también se dedicaba a ser confidente de la policía; con lo que tenia mayor libertad para sus actividades.
Es entonces cuando empieza a frecuentar la que sería su fuente inagotable de víctimas, la estación de tren.
Acudía en busca de jóvenes pobres o huérfanos, a los que abordaba presentándose como agente de policía. Entablaba conversación con ellos o bien ofreciéndoles un cigarrillo o comida y alojamiento. Una vez en casa, les sometía a todo tipo de vejaciones sexuales, les mataba y troceaba su carne, la cual vendía posteriormente en la estación para consumo humano.
Una de sus primeras víctimas fue el joven Friedel Rothe. Al denunciar la desaparición, la
policía realiza un registro en casa de Haarmann, ya que había sido visto con el muchacho.
El registro policial no halló nada fuera de lo común, pasando por alto la cabeza del joven Friedel escondida detrás de la cocina.
De nuevo en libertad, tras pasar nueve meses en prisión por conducta indecente, conoce al que sería su amante y compañero de fechorías, Hans Grans de veinticinco años.
A estas alturas, los vecinos empiezan a sospechar por la afluencia de chavales que pasaban a la casa de Haarmann y que no volvían a salir.
Su vivienda fue registrada en diversas ocasiones, pero la policía no es que hiciera muchos esfuerzos en hallar algo, todo lo contrario como se trataba de un "confidente".
Sería finalmente el domingo 22 de julio, cuando es descubierto el temible carnicero. Vuelve a ser detenido por corrupción menores y su casa registrada de nuevo. Al llegar a casa de Haarmaan, la policía se encuentra las paredes manchadas de sangre, también se hallaron objetos personales y ropas de muchachos desaparecidos.
El 4 de diciembre de 1924 se inicia un juicio que aterrorizaría a Alemania y a toda Europa. La población se horrorizó al enterarse que habían estado comiendo carne humana.
Según declaraciones del propio Haarmaan, entre 1918 y 1924 había matado a más de 40
jóvenes. Les llevaba a su casa, después de violarlos, les mataba mediante un mordisco en la garganta. Separaba la carne y la vendía o la regalaba. Los huesos y restos inservibles eran arrojados el río Leine.
Es acusado del homicidio de 27 jóvenes. Durante todo el proceso el acusado pidió ser ejecutado, no quería volver al manicomio.
El 15 de abril de 1924, a los cuarenta y seis años es decapitado.
Su cómplice, Hans Grans es condenado a cadena perpetua. Solo cumpliría doce años.

PETER KURTEN.- Apodado "el vampiro de Dusseldorf", está considerado por diversos estudios clínicos como uno de los peores criminales del siglo veinte.
Sádico sexual, comete sus peores y mas reprochables crímenes sobre niñas a las que estrangula, deguella y viola salvajemente. También saciaba su sed bebiendo la sangre de sus víctimas.
Peter Kurten nace en Colonia, Alemania en 1883 en una numerosa y humilde familia. Su padre, era un hombre de muy mal carácter que maltrataba a su familia constantemente. A los ocho años intenta fugarse de casa harto de los malos tratos y las pésimas condiciones en que vivían, pero su intento no tuvo éxito.
La familia se traslada a Dusseldorf, donde Kurten se fuga de nuevo y se convierte en un vagabundo que vive de pequeños hurtos. Entabla amistad con un joven drogadicto y comienza a manifestar impulsos criminales, torturando a animales y disfrutando mientras observa como se desangran. También comete actos de zoofilia con ovejas y cabras a las que degüella al llegar al orgasmo. Es encarcelado por intentar violar a su hermana pequeña; cumpliendo además varias condenas por robo de alimento y ropa.
En 1921 se casa con una mujer de buena familia y trabaja como conductor; por entonces parece llevar una vida normalizada.
Es el 25 de Mayo de 1923 en la ciudad Köln, cuando comete su primer crimen atacando a Chriestine Klein de 10 años de edad. Según su propia declaración, Kurten entró en casa de Peter Klein, un tabernero de la ciudad con la intención de robar. Al no hallar nada de valor subió a la primera planta donde encontró a la pequeña Chriestine durmiendo sobre la cama. La estrangula con sus propias manos y le raja la garganta, deleitándose con el fluir de la sangre; una vez muerta, la viola. El cadáver tenía dos cortes de poca profundidad en la garganta, la lengua mordida salvajemente y señales de violación. En el lugar de los hechos se halló un pañuelo con las iniciales P.K. .
La policía dirigió sus primeras sospechas hacia el hijo mayor de Peter Klein, Otto, quien fue absuelto en un juicio posterior por falta de pruebas evidentes.
Al día siguiente Kurten entra en el Café Mullhein situado frente a la taberna de Klein; allí degusta tranquilamente una cerveza mientras comenta con los presentes el espantoso crimen acontecido. El 9 de Febrero de 1925 es hallado junto a un árbol el cuerpo sin vida de Rosa Ohliger, de 8 años de edad. Apuñalada trece veces y rociada de gasolina en un intento de ser quemada. La causa de la muerte fue la hemorragia producida por las puñaladas en diversos lugares del cuerpo (entre ellos la vagina). Se comprobó que no hubo violación; sin embargo, fueron halladas diversas manchas de semen en la ropa de la niña. Seis días antes una mujer, la señora Kühn, era atacada y apuñalada 24 veces. Una semana después del asesinato de Rosa Ohliger, un mecánico de 45 llamado Scheer es descubierto en una cuneta de la carretera de Flingern. Había sido acuchillado 20 veces.
A estas alturas ya se hablaba de un sádico sexual; la policía desconcertada, organiza continuas redadas para atrapar al denominado "Vampiro de Dusseldorf". Las víctimas iban de niñas a hombres adultos y el modus operandi cambiaba continuamente, con lo que las pistas eran difíciles y escasas. Se producen varias detenciones de delincuentes y violadores pero el verdadero responsable seguía en libertad.
Una noche en la región de Lierenfeld, mueren tres personas de igual forma: cosidas a puñaladas en espalda y costillas.
El 23 de Agosto de 1929, cerca de las 23: 00 horas, Gertrude Hamacher de 5 años y Louise Lenzen de 14 regresaban a sus casas después de divertirse en la feria. En mitad del camino las irrumpe un extraño quien le pide a Louise que vaya a comprar cigarrillos mientras él cuida de su amiga. Al marchar Louise, Kurten toma a Gertrude en sus brazos y la estrangula; después le raja la garganta con una navaja afilada. A su regreso, Louise sufre peor suerte; es estrangulada y decapitada.
Al día siguiente Peter Kurten intenta seducir a una mujer llamada Gertrude Schulte; en un principio ésta le rechaza, lo que hace que saque un cuchillo amenazándola de muerte. Afortunadamente consigue escapar, pero sólo recordará a un hombre educado, sin ningún signo en particular.
En Septiembre de ese mismo año viola y asesina a una adolescente llamada Ida Reuter de 31 años. El 12 de Octubre mata de igual modo a la joven Elisabeth Dorrier. A finales de ese mismo mes asesina con un martillo a la señora Meurer y a la señora Wanders.
Kurten había perdido el control de sus impulsos homicidas, los crímenes cada vez se sucedían entre períodos más cortos de tiempo. La policía esperaba que tarde o temprano cometiera un error.
El 7 de Noviembre de 1929 desaparece Gertrude Alberman, de 5 años de edad. La ciudad está sumida en un caos. Dos días después un periódico recibe una nota anónima indicando el lugar donde se halla el cuerpo de la pequeña: detrás de un edificio en un montón de escombros, estrangulado y apuñalado 35 veces. En el mismo lugar también estaba el cuerpo de Maria Hahn
de 20 años, empleada del hogar, estrangulada y violada después de su muerte.
El 14 de Mayo de 1930 Kurten conoce a María Budlick, a la que convence para dar un paseo por el bosque. Una vez allí intenta forzarla, pero no la mata y la chica le convence para que la deje marchar. Según su declaración posterior: "No quería matar a María ese día".
La chica comenta a un amigo el incidente por carta; al no escribir correctamente la dirección la carta fue abierta en correos. Éstos llamaron a la policía, quienes comprobaron con asombro que María especificaba en su carta la dirección a la que Kurten quiso llevarla. Cuando la policía se dirigió al nº 71 de Mettmannerstrasse detuvieron a un humilde trabajador de fábrica llamado Peter Kurten, de 47 años. Su detención fue fruto de la casualidad. El Vampiro de Dusseldorf había aterrorizado a la ciudad durante 5 años, matando, violando y llevando a cabo prácticas necrófilas y vampíricas. Es juzgado y condenado a 9 penas de muerte. Kurten no apela en ningún momento, se limita a esperar su ejecución pacientemente.
Antes de ser ejecutado, el profesor Karl Berg, tras largas charlas con Kurten consiguió datar los inicios de sus actividades en 1899. Desde entonces cometería todo tipo de abusos y crímenes sexuales sin ser descubierto, hasta llegar al asesinato en serie.
Su único y último deseo fue poder escuchar su propia sangre gotear después de ser decapitado. El 2 de Julio de 1931 a las 6: 00 horas, en la prisión de Klügelpüts (Colonia) Peter Kurten era decapitado.

ALBERT FISH. En Nueva York el 25 de Mayo de 1928 el joven Edward Budd hijo mayor de una humilde familia, pone un anuncio en un periódico en busca de empleo ("preferiblemente en el campo") con la intención de mejorar los ingresos familiares.
Al lunes siguiente, recibe en su domicilio la visita de un anciano en relación con el anuncio. Se presenta como Frank Howard, casado y padre de 6 hijos. Afirma tener una granja en Farming Dale (Long Island) y necesitar un empleado. Tras charlar brevemente llegan a un acuerdo económico: 15 dólares semanales.
El Domingo 3 de Junio de 1928, la señora Budd invita a Frank Howard a comer; tras el almuerzo Howard solicita el permiso de los padres para llevar a su hija pequeña Grace, de 10 años a la fiesta de cumpleaños de su sobrina. Promete que estará de vuelta antes de anochecer. Deja la dirección de su hermana: Columbus and 17th Street. Los padres dudan pero finalmente acceden a confiarle su hija al amable y generoso señor Howard.
Ésa sería la última vez que verían a la pequeña Grace con vida. La familia denuncia la desaparición de su hija; más tarde la policía les informa que la dirección es falsa y que no existe ningún Frank Howard que coincida con esa descripción. El 11 de Noviembre de 1934 la señora Budd recibe una carta anónima:
"Estimada señora. En 1894 un amigo mío servía como marinero de puente en el buque Tacoma, con el capitán John Davis. Salieron de San Francisco con destino a Hong Kong. Una vez llegados a puerto él y dos compañeros bajaron a tierra a emborracharse. A su regreso el buque había salido ya sin ellos. En esa época el hambre reinaba en la China. Cualquier clase de carne se vendía entre 1 y 3 dólares la libra. Los más pobres sufrían tanto que vendían a los carniceros a sus hijos de menos de 12 años para que los despedazaran y los revendieran. En cualquier carnicería se podía obtener, así, bistec, costillas y filetes. A la vista del comprador, cortaban trozos del cuerpo desnudo de una niña o un niño. Las nalgas, que es la parte más tierna se vendía como ternera y era el pedazo más caro.
John se quedó tanto tiempo en Hong Kong que se aficionó a la carne humana.
A su regreso a Nueva York secuestró a dos niños, de 7 y 11 años que llevó a su casa. Los desnudó, los ató dentro de un armario y quemó sus trajes. Muchas veces, de día y de noche, los apaleaba y torturaba para hacer más tierna su carne. Mató primero al mayor, pues su culo era el más carnoso. Coció y devoró cada parte de su cuerpo excepto la cabeza, los huesos y los intestinos. El niño fue asado en el horno (su culo) cocido, hervido, frito y guisado. El niño menor pasó a su vez por lo mismo. En esa época, yo vivía en el 409 de la calle 100 Este, cerca del lado derecho. John me hablaba tan a menudo de la delicadeza de la carne humana que me decidí a probarla. El domingo 3 de Junio de 1928 fui a casa de usted, en el 406 de la Calle 15 Oeste. Llevé queso y fresas. Comimos juntos. Grace se sentó sobre mis rodillas para darme un abrazo. Decidí comérmela. Me inventé un cumpleaños y ustedes me dieron permiso para que me acompañara. La llevé a una casa abandonada de Westchester en la que me había fijado. Al llegar, le dije que se quedara fuera. Cogió flores silvestres. En el primer piso, me desvestí completamente para evitar las manchas de sangre. Cuando lo tuve todo listo, me acerqué a la ventana para decirle a Grace que subiera. Me oculté en un armario hasta que llegó. Cuando me vio desnudo se echó a llorar y quiso huir. La alcancé y me amenazó con decírselo todo a su mamá. La desnudé. Se defendió mucho, me mordió y me hizo algunos rasguños. La estrangulé antes de cortarla en pedacitos para llevarme a casa su carne, cocinarla y comérmela. No pueden imaginar cuán tierno y sabroso estaba su culito asado. Tardé 9 días en comérmela por completo. No me la tiré, aunque hubiese podido hacerlo, de haberlo querido. Murió virgen".
Después de esto, la familia aterrorizada informa a la policía. El caso de la desaparición de Grace estaba cerrado y sólo quedaba un hombre pendiente de él: el detective William F. King. La policía reabrió el caso e inicia una investigación. Se compara la letra de la carta con la letra de la nota que contenía la dirección falsa dejada por Frank Howard; ambas coinciden, pertenecían a la misma persona. El sobre de la carta contenía una pista: las iniciales de una compañía de correos. El detective King compara la letra con las fichas de inscripción de dicha compañía, averiguando que Howard estaba inscrito y que recibía periódicamente dinero de su hijo. Se dirigen a la dirección de Howard y el propietario les dice que hace dos meses tuvo un inquilino que encajaba con la descripción, su nombre era Albert Fish.
64 años de aspecto inofensivo. Pero tras su apariencia se ocultaba uno de los asesinos más monstruosos de la historia. Una extraña persona que confesó haber practicado todo tipo de perversiones sexuales: pedofilia, sadismo, coprofagía, canibalismo, masoquismo, castración y autocastración, exhibicionismo, voyeurismo, homosexualidad, fetichismo e hiperhedonismo.

Aparte de Grace, Fish había matado a otras 5 niñas, sólo en Nueva York. Según su confesión: "desde Montana a Nueva York he tenido niños en todos los estados". No se puede concretar el número de víctimas, pero el propio Fish dice haber abusado de más de 100 niños y asesinado, al menos a 15.
El lunes 11 de Marzo de 1935 se inicia uno de los juicios más escalofriantes de la historia. Las declaraciones de Fish son increíbles. Su actividad criminal comienza en 1890, desde entonces, ha practicado los actos más repulsivos, que los miembros del jurado escuchan boquiabiertos sin poder siquiera imaginarlos. Confesó tener la necesidad de matar niños. Maníaco religioso dice hacerlo en nombre de Dios. No sólo le gustaba torturar e infringir dolor a otras personas, también disfrutaba produciéndose dolor a sí mismo. Dichas prácticas iban desde golpearse el escroto hasta introducirse agujas en los órganos genitales.
Una inspección médica reveló un total de 29 agujas introducidas en el escroto y en la base del pene, algunas en proceso de oxidación.
A lo largo de su vida estuvo arrestado por robo y por enviar cartas obscenas a conocidos dando rienda suelta a sus más oscuros deseos, también ha estado en varias instituciones mentales.
El juicio, de 10 días de duración, acaba con veredicto unánime: culpable de todos los cargos. Al comunicarle que moriría en la silla eléctrica exclama : "Qué alegría, una nueva sensación a experimentar".
El 16 de Enero de 1936 en la prisión de Sing Sing, Nueva York, todavía quedaba una anécdota en su abultada bitácora. Al recibir la poderosa descarga eléctrica, se produjo un cortocircuito a causa de las numerosas agujas metálicas que aún tenía introducidas en su cuerpo. Fue preciso recurrir a una segunda y más potente descarga para que finalmente muriese con un extraño rictus de regocijo retratado en su rostro.

domingo, 1 de marzo de 2009

TAMBIEN SOMOS ANTROPÓFAGOS

En Venezuela en 1999, fue detenido un caníbal, llamado Dorancel Vargas Gómez. Confesó haberse comido al menos a 10 personas. En su declaración aseguró: "Los hombres saben mejor que las mujeres", además explicó el por qué: "Saben recio, como cochino salado, como jamón; da gusto comer un buen macho, las mujeres saben dulce como quien come flores y te dejan el estómago flojo como si no hubieses comido."

No es necesario demostrar que los humanos somos criaturas imperfectas, aunque algunos crean que fuimos hechos a imagen y semejanza de dios. ¿Quién puede decir que no somos ladrones, violadores, asesinos, estafadores, anárquicos, lujuriosos y toda la gama de calificativos criminosos que quisieran imputarnos? ¡Así lo prueba la historia y la ciencia y basta coger un periódico para darse cuenta que estas conductas no son esporádicas, cíclicas ni de tiempos de crisis, sino permanentes y consuetudinarias! Y si ello no fuese suficiente basta echarle una miradita a los códigos de procedimiento penal que dan cuenta minuciosamente de todas las trasgresiones y comportamientos ilegales y reprochables contra natura y sus propios congéneres que el hombre es capaz de realizar. Y si todavía ello no bastase, lea la estadística delictual de su ciudad y averigue cuántos criminales purgan delitos en la cárcel más cercana.

Pero cuesta asimilar que también tenemos un legado antropófago y caníbal, término este último que proviene de la palabra "caniba" utilizada por los Tainos que Cristóbal Colón encontró en la isla La Española en su primer viaje a América y que comían carne humana. Y tiene que ser así, porque cada cierto tiempo, en diversos lugares del planeta, se sabe de casos de antropofagia cuyas víctimas son mayormente mujeres y niños que caen bajo el insano apetito de sujetos que no pasan crisis de hambruna ni padecen de algún estado de guerra. Y porque, además existe el antecedente estadístico de cientos de miles de personas que cada año desaparecen sin dejar rastros y que claramente no están involucradas en hechos por los cuales alguien quisiera eliminarlas.


Ya en el Olimpo de los dioses antiguos, los primeros dioses del hombre, encontramos algunos antecedentes de canibalismo.
Según la mitología griega, Cronos el dios del tiempo, hijo de Gea (la Tierra) y de Urano (el Cielo), el más joven de los Titanes, mató a su padre, luego de castrarlo y arrojar sus genitales al agua en el afán de constituirse en el único Señor del Universo y se casó con Rea, su hermana para poblar el mundo. Pero los oráculos le anunciaron que tal como él derrotó, destronó y dio muerte a su progenitor sería a su vez destronado por uno de sus hijos. Cronos, socarrón se propuso burlar al destino y apenas éstos iban naciendo los devoraba para evitar que se cumpliese la profecía. Cuando nació Zeus, la madre lo ocultó en una gruta de Creta y engañó a su esposo. Zeus, fue criado por las ninfas hasta llegar a la edad adulta y ya convertido en audaz y diestro guerrero, destronó a su padre y se declaró dios supremo del palacio real del Olimpo. La promesa del destino se había cumplido: Cronos fue muerto por su hijo Zeus.

También en la antigüedad, Atila, El Huno fue considerado uno de los caníbales más sádicos de la historia. Cuentan las historias que asesinó a su hermano Bleda y se comió su corazón, también que se comió a dos de los muchísimos hijos que tuvo con diversas mujeres.

El canibalismo humano ha presentado a lo largo de la historia dos grandes formas de manifestación: el canibalismo por hambre y el canibalismo ritual.
El canibalismo por hambre en tiempos de amenaza extrema, se trata de una práctica vinculada a situaciones donde se pone en juego la propia existencia, por lo que tiene su causa inmediata en la desesperación y la necesidad radical de sustento. En estos casos suelen ingerirse los cuerpos de los muertos y también de personas a quien se asesina para este efecto. Históricamente, están atestiguados, con mayor o menor grado de verosimilitud, casos de canibalismo durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), el asedio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial y la época del colonialismo, sobre todo como consecuencia de los frecuentes naufragios. Más allá de circunstancias históricas de este tipo, se conocen también casos de canibalismo vinculados a hechos dramáticos concretos, como fue el caso de los supervivientes del accidente producido en los Andes en 1972, que debieron alimentarse de sus compañeros muertos para sobrevivir.

El canibalismo ritual o canibalismo afectivo. También está probada la existencia del canibalismo ritual como ofrenda a los dioses o como manera de obtener la fuerza y el valor del guerrero enemigo, situación atribuible a muchas tribus y etnias como los indios amazónicos, los aztecas, los pigmeos y otros nativos de la cuenca del río Congo, las tribus Korowai y Fore de Nueva Guinea. Claro está que actualmente ha decrecido su práctica dado que en las civilizaciones actuales es rechazado socialmente y está legalmente sancionado.

En Europa, Francia y Alemania y en concreto entre otros, en los yacimientos arqueológicos de Atapuerca en España, mediante el estudio de las marcas en los huesos encontrados en la cueva de La Gran Dolina, se demuestra que se practicó un canibalismo que, con toda seguridad, no fue producto de una hambruna y carecía de cualquier intención ritual, sino que se efectuó por lo que se ha denominado como canibalismo gastronómico ancestral, practicada ya por el Homo Antecessor, la especie homínida más antigua de Europa con una antigüedad de más de un millón de años.
En Norteamérica, el análisis de los restos descubiertos en yacimientos arqueológicos habitados entre el 1150 y el 1200 d. c. por los indios Anasazi, confirmó la existencia de canibalismo en este pueblo. Primeramente divulgado en 1967 por el bioarqueólogo Christy G. Turner, se probó más concretamente en la década de los 90 la existencia de canibalismo, por los hallazgos de Richard Marlar de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado. Él y sus colaboradores dicen haber encontrado hemoglobina humana en los vasos de cerámica de la cultura Anasazi, lo que sugiere que fueron cocinados con sangre humana. Más aún, en coprolitos humanos quemados (antiguas deposiciones), encontrados cerca del fuego en uno de los refugios abandonados, también se comprobó la existencia de hemoglobina humana.

Sin duda una de las sociedades que más desarrollaron esta práctica en el pasado fue la de los Guaraníes, que lo hacían con fines religiosos. El principio básico que sustentaba la antropofagia guaraní era que la persona acumula energía a lo largo de su existencia y que esa energía puede ser utilizada por otra persona para expandir la conciencia. El objetivo vital de los guaraníes era trascender los límites de la existencia cotidiana accediendo a lo que llamaban "La Tierra sin Mal"; un estado vital en donde una persona escapaba al daño, e incluso a la muerte (como supresión del nivel físico de la existencia). En este contexto, consumir la personalidad de una persona primero y su cuerpo físico después daba al practicante un incremento de energía imposible de conseguir por otros medios. De allí que los guaraníes no comieran a cualquiera, sino solo a los mejores. El canibalismo era parte del Camino de la Perfección o "Aguayé.

Varios arqueólogos dicen que algunas ruinas en Mesoamérica y Sudamérica contienen muestras de canibalismo, y se discute sobre la extensión del canibalismo ritual en algunas culturas africanas o polinésicas (se piensa que fue el destino del capitán James Cook).

En efecto, en 1779, el 14 de febrero en Kealakekua Bay en Hawai, el Comandante de la expedición marina inglesa el navegante James Cook y algunos de sus hombres, fueron muertos y consumidos por la población local tras un intento fallido de secuestrar a su rey, en represalia a los robos de los nativos. Partes del cuerpo de Cook fueron devoradas por los nativos, lo cual dio pie para que en el siglo XIX la reina Liliuokalani, última monarca del Hawaii, en visita a Inglaterra, hiciera la macabra broma de que llevaba sangre inglesa porque uno de sus ancestros se había comido a Cook. Los restos remanentes del insigne oficial británico fueron luego recuperados y se les hizo un funeral marino.

En Chile, durante el período de la conquista hispánica y en el contexto de la Guerra de Arauco, los mapuches practicaron el canibalismo, primero con sus prisioneros españoles masculinos y luego entre ellos mismos a raíz de la hambruna entre los 1554-1556, en el período del Toqui Lautaro. Se dice que éste primero torturó a Agustinillo, el criado del conquistador. Luego Valdivia fue torturado desnudo y con unas conchas filosas llamadas pellos, Lautaro hizo arrancar la carne de los antebrazos del español. Esta carne fue asada ante los ojos de Valdivia y luego consumida por Lautaro, quien así se desquitaba de tantas atrocidades cometidas por Valdivia contra los araucanos.

En 1809, los 66 pasajeros y la tripulación del barco "The Boyd" fueron muertos y comidos por maoríes en la península de Whangaroa, en la isla Norte. Esto fue un "utu" (venganza) por el azotamiento con latigo de un Maorí que rehusó trabajar en el barco durante el viaje desde Australia. El hecho permance como la mayor matanza en la historia de Nueva Zelanda.
Durante siglos, muchos exploradores marítimos trataron de lograr el PASO DEL NOROESTE, nombre con el que se conoce la ruta marítima que bordea Norteamérica por el norte, atravesando el océano Artico conectando el estrecho de Davis y el estrecho de Bering, o lo que es lo mismo, el océano Atlántico y el oceáno Pacífico. En 1817 el gobierno británico ofreció una recompensa de 20.000 libras esterlinas para quien encontrara el paso, lo que provocó la organización de numerosas expediciones. Una de las más célebres fue la de Sir John Franklin, cuya dramática historia conmocionaría e incluso, escandalizaría a la sociedad victoriana.

Los barcos británicos H.M.S. Erebus y Terror partieron de Inglaterra el 19 de mayo de 1845. No se habían escatimado gastos. Los navíos estaban dotados con la tecnología más avanzada del momento. Utilizaban grandes motores de vapor y enormes chapas de hierro que reforzaban la proa, con la finalidad de romper las placas de hielo. Iban bien provistos de alimentos y bebidas, incluso carne enlatada, una novedad de la época.

En agosto, los barcos balleneros Prince of Wales y Enterprise, fueron los últimos que vieron a la expedición en la entrada del estrecho del Lancaster. Después, durante largos años, nadie supo qué había sucedido con Franklin, sus 129 hombres y los dos barcos. En 1854, una nueva expedición, dirigida por el Dr. John Rae, contactó con esquimales Inuit, que le proporcionaron una valiosísima información. Afirmaban haber visto 6 años antes unos 40 hombres blancos al noroeste de la Bahía Pelly. El grupo arrastraba un bote y trineos, y su estado era crítico: se encontraban al límite de sus fuerzas y la inanición y la congelación hicieron que algunos fuesen muriendo en el camino. Los Inuit contaron también que los dos barcos fueron atrapados y destrozados por el hielo y que habían visto tumbas y cadáveres esparcidos en distintos lugares. Lo más sorprendente era que, según afirmaron, algunos cuerpos estaban mutilados, lo que parecía indicar que los sobrevivientes practicaron el canibalismo. También proporcionaron a la expedición del Dr. Rae objetos pertenecientes a la tripulación e, incluso, de Sir John Franklin.

En las selvas de Nueva Guinea existen muchas comunidades nativas aisladas, muchas de ellas aguerridas, algunas de las cuales han practicado el canibalismo, principalmente atacando a sus vecinos, otras veces por ritual rendido a sus recién difuntos (es lo que les provocaba la enfermedad conocida como "kuru".

En guerras o épocas de hambre surgen a menudo relatos de este tipo de canibalismo. Algunos ejemplos, más o menos debatidos, serían: en la Unión Soviética en los años 1930; durante el Sitio de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial; en China, durante la guerra civil y durante "El gran salto adelante".

Las tropas japonesas lo hicieron ocasionalmente en la segunda guerra mundial. Muchos informes escritos y testimonios recolectados por la Sección australiana de crímenes de guerra del Tribunal de Tokio e investigados por el fiscal William Webb , indicaban que el personal japonés en muchas partes de Asia y el Pacífico cometieron actos de canibalismo contra los prisioneros de guerra aliados. En muchos casos, esto estuvo inspirado por los ataques siempre crecientes de los aliados a las líneas de suministro japonesas y a la muerte y la enfermedad del personal japonés como resultado del hambre. Sin embargo, según el historiador Yuki Tanaka: "el canibalismo era a menudo una actividad sistemática conducida por escuadrones enteros y bajo la dirección de oficiales". Por ejemplo, un prisionero de guerra de India, Havildar Changdi Ram, testificó que: "el el 12 de noviembre de 1944 el Kempeitai, (Policía Militar) decapitó a un piloto aliado. “Yo vi esta escena desde atrás de un árbol y observé a algunos de los japoneses cortando carne de sus brazos, piernas, caderas, nalgas y llevarsela hacia sus cuarteles... Ellos la cortaron en pequeñas piezas y la frieron."
Quizás el oficial de más alto rango condenado por canibalismo fue el lugarteniente general Yoshio Tachibana, quien con 11 otros japoneses fue juzgado en relación con la ejecución de los pilotos estadounidenses y el canibalismo de al menos uno de ellos, en agosto de 1944, en Chchi Jima en las Islas Ogaawara.

El caso quizás más conocido sea el del Sitio de Leningrado en 1941; durante 900 días de asedio murieron alrededor de 1.500.000 de personas y se dieron muchos casos de canibalismo entre sus habitantes. Muchos sobrevivieron depredando a quienes caían en sus habitáculos atrayéndolos con el pretexto de obtener comida. A quienes fueron sorprendidos se les aplicó la ley marcial en el acto.

El canibalismo, asimismo, también es practicado como último recurso en situaciones de hambre. Un ejemplo reciente de ello fue la extrema situación de los jugadores de rugby uruguayos, supervivientes de un accidente aéreo en los Andes en 1972, que ya mencionamos y que lograron sobrevivir alimentándose de los cuerpos de las víctimas mortales del accidente. El canibalismo como forma de supervivencia fue realizado después de una oración solemne. Más tarde se justificó plenamente la acción de supervivencia.

La antropofagia se encuentra generalizada en todos los pueblos del orbe como el caso de Nikolai Sergei Dzhurmongaliev, quien es considerado el rey de los caníbales soviéticos. Nikolai Sergei Dzhurmongaliev, ocupa el numero 7 en la lista de todos los asesinos caníbales del mundo por la cantidad de personas ingeridas: unas 100, todas mujeres. Se calcula que sirvió a unas 47 de sus víctimas cocinadas como platos típicos de la república soviética de Kazajistan, donde vivía.
Cuando fue detenido, confesó con orgullo que el ingrediente secreto de sus raviolis era una rubia de ojos azules. Durante los interrogatorios, precisó que dos mujeres le suministraban suficiente carne para mantenerse durante una semana. Conocido también como el "Caníbal Kazajo" y "Colmillo de Metal", por tener un diente de plata, comenzó su carrera de caníbal después de que fue dado de alta de un asilo para locos en Tashkent. Dzhurmongaliev creía que las mujeres y la prostitucion eran la raíz de todos los males del mundo.

Según Yuri Dubyagin, el oficial del Ministerio del interior que llevo su caso, Dzhurmongaliev parecía, "absolutamente normal, afable y simpático". Lo describió como un lobo solitario y como un hombre muy fuerte. Cuando lo detuvimos, declaró, me golpeó tan fuerte que si no hubiera habido otros guardias, se habría escapado. La policía calcula que entre 1980 y 1991 mató a 100 mujeres atractivas, a quienes seducía con facilidad. Fue enviado al asilo de locos en Tashkent, pero sobornó a sus carceleros y escapó en 1989. Sin embargo, a los dos años lo capturaron de nuevo. Un tribunal lo declaró perturbado mental y fue enviado a una celda solitaria en un hospital psiquiátrico, donde se encuentra todavía.